«¿Qué hace una mujer aquí?»

El motorsport aún apesta a machismo: Insultos, desprecio y ninguneo: así se sigue tratando a las mujeres en los circuitos, desde los boxes hasta las gradas.
Un paddock que aún no ha pasado la ITV del siglo XXI
Si algo ha demostrado el motorsport en los últimos años es que aún tiene serios problemas para aceptar a las mujeres sin un asterisco detrás. La igualdad de género se celebra en los comunicados de prensa, pero en la práctica sigue siendo una fachada. Que si “mujer tenía que ser”, que si “las meten por marketing”, que si “no entienden de coches”. El machismo está tan integrado en el sistema que ya parece parte del reglamento técnico.

Iron Dames: cuando ganar también molesta
Iron Dames no solo es un equipo femenino de resistencia: es un dedo en el ojo de quienes piensan que las mujeres están solo para posar junto al coche. Ganadoras en la primera prueba de la ELMS, protagonistas en Le Mans y habituales del podio en GT3. ¿Qué reciben a cambio? Comentarios tipo “esto es puro postureo” o “las han metido para la foto”.
Noticias que deberían estar abriendo portadas quedan enterradas, y cuando se viralizan, es porque alguien ha decidido burlarse de su color rosa o cuestionar su presencia. ¿El mensaje? Si ganas siendo mujer, molestas el doble.

En el muro también estorban
Hannah Schmitz, arquitecta de la estrategia de Red Bull, ha ganado más carreras que muchos ingenieros veteranos. Pero cada vez que algo no sale bien, las redes se llenan de sabiondos que cuestionan su puesto. No su táctica: su presencia.
Laura Müller, ingeniera de Haas, ha vivido en primera persona el machismo institucional. Lo ha dicho sin rodeos: a veces te tratan como si estuvieras allí de adorno. Porque para muchos, una mujer en el muro es un error de casting.

F1 Academy: talento ignorado porque no lleva barba
La F1 Academy se vendió como una plataforma para empujar a las mujeres hacia la F1. Pero lo que ha recibido es desdén.
Pilotos como Marta García o Abbi Pulling han demostrado que tienen ritmo, cabeza y más huevos que algunos hombres (aunque no literalmente). Pero ni así se libran de la etiqueta de “relleno”.
¿Cobertura en medios? Mínima. ¿Difusión oficial? Escasa. ¿Respeto del público? Solo si ganan… y sin cometer ni un solo error.

Marta García: ni con el coche en llamas te perdonan ser mujer
Durante la Michelin Le Mans Cup en Montmeló, Marta fue embestida brutalmente mientras lideraba la prueba. 21G de impacto, el coche envuelto en llamas, y aún así, consiguió salir por su propio pie. ¿La reacción de algunos? “Lo típico, una mujer al volante”.
Poco importan los datos, los reflejos, el hecho de que pasase varios días en el hospital. Lo único que vieron fue una oportunidad para repetir un chiste casposo.
Fans con coleta = no valen como fans
Si una mujer dice que le gusta la F1, automáticamente se le exige un máster en reglamento técnico.
Si una aficionada dice que le gusta Leclerc o Norris, “es por que es guapo”.
Si empezó con Drive to Survive, “no le gustan las carreras”.
Y si opina en redes, “mejor que se calle”.
Mientras tanto, el tipo que aprendió lo que es un undercut el año pasado porque lo explicó Lobato, sigue opinando sin que nadie le cuestione. El doble rasero es tan descarado que hasta da vergüenza ajena.
Conclusión: el motorsport no necesita más mujeres, necesita menos idiotas
No es una guerra de sexos. Es una lucha contra un sistema que sigue considerando a las mujeres como una rareza.
No se trata de darles un espacio por pena, sino de dejar de expulsarlas cada vez que demuestran que están aquí para quedarse.
Porque mientras algunos se siguen riendo del color rosa, ellas están haciendo historia. Aunque tú no quieras verlo.
Que importante es darle visibilidad a cosas como estas, es una pena que a día de hoy sigamos así… gracias por este artículo 💪🏼🩷