La NASCAR: Coches girando a la izquierda

Seguro que más de una vez has escuchado eso de: «La NASCAR solo son coches girando a la izquierda».
Puede que algo de razón tenga esa frase, porque sí, en su mayoría son circuitos ovales. Pero reducir esta competición, a algo tan simple, es como decir que el futbol es solo gente corriendo detrás de un balón; técnicamente cierto, pero ni de lejos captura la esencia.
Para los más puristas del automovilismo europeo, esta competición nacida de la ley seca, es poco menos que una herejía.
Aquí la Formula 1 es la reina del cotarro; innovación, tecnología puntera, glamour… y, últimamente aburrimiento. Entre motores híbridos, carreras al «sprint» y normativas que parecen escritas por alguien con demasiado tiempo libre. La F1 se ha vuelto tan técnica y predecible que, para muchos, ya no es lo de antes; y eso de ver acción rueda a rueda se ha convertido en una odisea.
Y es aquí donde entra la NASCAR, desde el otro lado del charco.
En esta categoría no hay tiempo para el aburrimiento, con adelantamientos al limite, estrategias arriesgadas y accidentes tan espectaculares que se vuelven virales por redes. ¿Que giran demasiado a la izquierda? Y qué más da, si nos ofrece lo que muchos le llevamos pidiendo a la Fórmula 1 demasiado tiempo.

Además, no son solo ovales gigantes donde el freno es prácticamente opcional.
La NASCAR tiene de todo, circuitos ruteros, urbanos, y por supuesto, dentro de los ovales, los Superspeedways, donde los coches van tan pegados unos a otros, que se te olvida que van a más de 250km/h y cualquier error puede acabar en un caos épico, en cuestión de milésimas.
Y luego está el salseo al más puro estilo DTS; donde pilotos intentan solucionar (o no) los choques en pista con ganchos de derechas dignos de un combate de boxeo. Es el combo perfecto de drama, motores y gasolina, algo que, para muchos, es justo lo que le falta hoy en día a la Formula 1.
Así que, la próxima vez que te digan que la NASCAR son «solo coches girando a la izquierda», anímales a ver una carrera. No te prometo que cambien de opinión, pero al menos se van a divertir. Y al fin y al cabo, eso es lo que realmente cuenta.