Verstappen no perdona en casa de Ferrari
Mad Max se alza con la victoria en la 400ª carrera para Red Bull, superando en estrategia a McLaren, beneficiado en parte por el VSC y el safety car.
La séptima ronda de la Fórmula 1 llegaba finalmente a Europa. En el Autodromo Enzo e Dino Ferrari de Emilia-Romaña, la carrera prometía dar sorpresas. Como vimos ayer en la clasificación, hubo de qué hablar. Alonso y Sainz partían desde la tercera línea y Stroll lo hacía desde la 8ª posición. Otros no fueron tan agraciados para comenzar la carrera, como los dos pilotos de Ferrari o Tsunoda. Por lo que la carrera iba a cambiar en cualquier momento.
Verstappen no se dejó engañar por el medio
Como avanzaba el titular, el piloto neerlandés no dio oportunidad a nadie. Comenzaba 2º la carrera, pero se impuso como líder desde la primera vuelta, adelantando a Piastri. A partir de ahí, aprovechó al máximo el neumático medio, usándolo hasta el virtual safety car.
Ante la degradación del neumático con el que partía, no paró y trató de aprovecharlo. Tras la salida del VSC, paró, ahorrando más de 10 segundos para aumentar distancias con los dos McLaren. El que sí que cayó en la trampa fue el poleman, Oscar Piastri, que paró en la vuelta 14. El australiano debía aguantar 49 vueltas con el neumático duro, algo casi imposible. Finalmente, el tráfico y las vueltas de sus neumáticos pudieron con él y quedó 3º.
Ocon y Antonelli causando el caos
Como hemos mencionado ya, el tanto el virtual safety car como el safety car influyeron mucho el GP de Emilia-Romaña y dieron una desventaja clara en cuanto a las paradas en estos periodos. El primero fue tras la retirada de Ocon en Tosa. Era la vuelta 30 y ya había pilotos que habían parado en boxes. Entre el caos, gran parte de los pilotos cambiaron ruedas, como Piastri que volvía al pit. Entre los que se quedaron fuera fueron los Aston Martin, que luego lo pagaron caro.
El segundo periodo de caos entre escuderías llegó en la vuelta 46, cuando Antonelli también tuvo una avería en Tosa. Verstappen y Norris volvieron a aprovechar la ocasión para parar en boxes. No lo hicieron Piastri, Leclerc ni Albon, que se quedarían rezagados frente a estos dos. De hecho, Piastri perdió la posición en la vuelta 58 frente a su compañero.
A Fernando Alonso le abandonó la suerte
Al contrario que Leclerc, Hamilton o Tsunoda, el asturiano no tuvo suerte con la elección de las paradas en el muro de Aston Martin. Alonso paró en la vuelta 13, buscando el undercut frente a los Williams. A pesar de que los frenos se prendieron fuego, el español siguió sin problemas, aunque con la certeza de que los duros no iban a aguantar toda la carrera.
La temprana parada perjudicó a Fernando con el paso del tiempo y aunque quiso parar cuando Ocon se retiró, no pudo ver los boxes hasta la retirada de Kimi Antonelli. Partió en la relanzada del safety car 14º, y a pesar de tener muy cerca de Tsunoda, se quedó a menos de 1 segundo del japonés. Por lo tanto, a pesar de partir 5º, se quedó otra vez más sin puntos, teniéndose que conformar con la 11ª plaza.
El enfado fue recibido por los ingenieros de Aston Martin durante la carrera. A 20 vueltas del final, el asturiano estaba visiblemente enfadado, tras perder varias posiciones:
Sí, esto va a ser una tortura. Es un desastre. Soy el piloto con la peor suerte del p*** mundo.
En la última vuelta, tras perder las posibilidades de adelantar a Tsunoda, se golpeaba el casco, mostrando su frustración después de hacer todo lo posible por puntuar.
Todo puede pasar en Mónaco
La siguiente ronda parará en Mónaco, en uno de los trazados más antiguos de la Fórmula 1. Este circuito es conocido por decidirlo todo en la clasificación, por lo que nada está claro después de la carrera de hoy. Se verá si Ferrari puede recuperarse igual que hoy en casa o si las mejoras de Aston Martin finalmente han valido la pena.
Lo cierto es que Max Verstappen se coloca a día de hoy 3º en el campeonato de pilotos con 124 puntos, a tan solo 22 puntos del líder, Oscar Piastri. Mientras tanto, los McLaren siguen dominando como constructores, sin un rival contundente.
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