Álex Palou no se aburre de ganar.

Tercera victoria del de Ganassi en cuatro carreras con un dominio apabullante.
La cuarta ronda de la temporada de la IndyCar dio un resultado ya conocido esta temporada con una nueva victoria de Álex Palou que es más líder del campeonato si cabe. La carrera en Barber Motorsports Park fue un paseo para Álex, esta vez desde la pole mientras las voces críticas del producto actual de la IndyCar aumentan.

El dominio empezó desde la clasificación con la primera pole de la temporada para Palou.
Después de los entrenamientos libres durante el viernes, Álex Palou marcaría la pole en la sesión del sábado con casi dos décimas de margen con respecto al segundo clasificado, Scott McLaughlin. El Fast 6 lo completarían a su vez Colton Herta, Will Power (primera vez que pasaba el corte de su grupo este año), un sorprendente Rinus Veekay y Nolan Siegel. Lundgaard partiría séptimo con O’Ward octavo mientras que el ganador de las dos últimas Indy 500, Josef Newgarden saldría en noveno lugar. El hasta ahora segundo en la clasificación, Kyle Kirkwood, no fue capaz de pasar al Fast 12 y saldría en el puesto número dieciocho. Aún peor parado saldría el hexacampeón Scott Dixon, que saldría en vigesimosexta y penúltima posición.

Palou sale aún más líder de Barber Motorsports Park.
Realmente con la pole de Palou el día anterior, ya se podía prever el resultado de la carrera del domingo. El nivel de Álex este año es simplemente superior al del resto de pilotos de la categoría y si en las tres carreras anteriores ha sido capaz de ganar saliendo desde más atrás, ahora que salía desde la pole se antojaba complicado que alguien le pusiera en aprietos… y fue exactamente lo que sucedió.
Palou rápidamente construyó un colchón de tiempo en el liderato mientras sus rivales eran incapaces de seguir al de Ganassi, que este fin de semana llevaba una livery especial de HRC. Solamente durante los ciclos de boxes perdería el liderato el catalán, pero al final del día, lideró 81 de las 90 vueltas y ganó con 16 segundos de ventaja sobre Christian Lundgaard.
El danés de McLaren cuajó una buena carrera saliendo desde la séptima posición, ganándole la posición a su compañero Siegel para luego pasar a Veekay y Power con sendos undercuts. Después de su segunda parada, y aprovechando que las gomas de McLaughlin aún no se encontraban en temperatura óptima, sería el protagonista de uno de los adelantamientos destacados de una carrera en la que generalmente no hubo demasiados. En cuánto a Herta, una nueva mala parada por parte de Andretti le haría perder un tiempo que le haría conformarse con una P7 a final de carrera.
Lundgaard trató de apretar a Palou, pero cuándo el español paró en la misma vuelta que el danés en su último paso por boxes la carrera por la victoria terminó ahí. El de McLaren intentó recortar distancias pero para el final de carrera había caído hasta los 16 segundos.
El último puesto del podio sería para McLaughlin y el top 5 sería completado por Power y Veekay. Dixon completaría una buena remontada para terminar en el duodécimo puesto.

Las críticas hacia la IndyCar van en aumento: ¿Por qué las carreras están siendo «aburridas»?
Llevamos cuatro carreras esta temporada y lo cierto es que no han sido exactamente las más emocionantes que la IndyCar puede llegar a ofrecer. Cada vez más y más fans hacen notar su descontento en las redes sociales y los datos de audiencia en Estados Unidos parecen respaldar dicha tendencia. Al momento de la redacción de esta noticia, aún no se han publicado la audiencia de esta carrera pero al no haber estado en competencia directa contra la NASCAR y la Fórmula 1 por los pelos, deberían haber mejorado con respecto a rondas anteriores.
Entonces, ¿qué está causando que las carreras sean «aburridas»? Realmente hay varios factores que influyen en ello.
Álex Palou está teniendo uno de los inicios más dominadores que se recuerdan en casi 40 años, con tres victorias en cuatro carreras. Su «peor» resultado fue el segundo puesto en Long Beach. Para fans de otros pilotos, esto puede quizás ser algo aburrido pero que Palou esté a un nivel tan excelso no es motivo para culparle a él. En otras categorías también ha habido pilotos o equipos dominantes en el pasado pero esto no se ha traducido necesariamente en que la calidad de las carreras sea mejor o peor. Sí que es cierto que quizás una batalla por la P4 no sea tan emocionante como una por la victoria, pero las batallas siguen teniendo un componente de emoción.
La realización por parte de la FOX podría solucionar en parte el problema. Las críticas se han centrado principalmente en la falta de información de sus gráficos en pantalla. Por ejemplo, hasta esta cuarta cita no han considerado necesario mostrar tiempos parciales en clasificación. En el apartado de los planos también se podrían mejorar, intentando mostrar batallas por puestos más bajos en la parrilla en lugar de onboards de coches rodando en solitario o simplemente enfocando al líder alejarse más y más de sus perseguidores.

Por otra parte, a lo largo de estas cuatro carreras disputadas, únicamente hemos visto una caution. Dicha caution se produjo por el accidente de la primera vuelta de la primera ronda en St. Petersburg. Desde entonces, solamente hemos tenido vueltas en bandera verde. Las cautions reagrupan el pelotón y dan lugar a nuevas estrategias a lo largo de la carrera. En la carrera de Barber, el momento en el que se estuvo más cerca de una fue cuando en la vuelta 56 Louis Foster se quedó momentáneamente aparcado en el césped. Pero el británico pudo reanudar su coche gracias al nuevo motor híbrido y se reincorporó a la pista (con algo de peligrosidad todo sea dicho) para continuar a la carrera.
Y precisamente estos motores híbridos son los que la mayoría consideran el problema del producto actual de la IndyCar. Fueron introducidos a mediados de la temporada pasada y tras algunos problemas de fiabilidad inicial, esta temporada hace que los coches sean más pesados que antes y eso hace que los pilotos tengan que reducir el ritmo para conservar neumáticos. Esto a su vez genera que haya menos batallas en pista que antes. Los adelantamientos también escasean, produciéndose normalmente en situaciones dónde hay una diferencia entre compuestos o temperaturas en los neumáticos. La implantación del híbrido tal vez no haya sido la más idónea. Tal vez sea la hora de jubilar el venerable DW12, en uso desde 2012 con distintas configuraciones aerodinámicas, pero esto no podrá realizarse hasta el año 2027 como mínimo.

A corto plazo, la IndyCar ha decidido tomar medidas para tratar de hacer las carreras más emocionantes y para la visita esta semana al rutero de Indianápolis, se usará un nuevo reglamento para los neumáticos. En lugar de tener que usar ambos compuestos duro y blando una vez como mínimo (con dos vueltas en el stint para que contabilice), esta vez se tendrán que usar dos veces cada uno. Esto hará de facto que las tres paradas sean obligatorias aunque ya las hemos visto a lo largo de esta temporada. En Barber la estrategia más utilizada fue una a tres paradas con tres stints usando el neumático blando y uno el duro. En cualquier caso, Palou abre el mes de mayo en Indianápolis con 60 puntos de ventaja en la clasificación sobre su más inmediato perseguidor, el danés Lundgaard. Recordemos que el máximo de puntos que se puede obtener durante ronda normal son 54.
¿Nos deparará esta carrera la cuarta victoria de Palou en cinco rondas? Habrá que estar atento este fin de semana a Indianápolis para saberlo. Hasta entonces, nos vemos.

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